martes, 29 de junio de 2010

RED DE ESPIONAJE VS. LUZ


« Porque no hay nada oculto que no deba ser revelado y nada secreto que no deba manifestarse » Mc 4, 21-25 ECHELON es considerada la mayor red de espionaje y análisis para interceptar comunicaciones electrónicas de la historia. Controlada por la comunidad UKUSA (Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Australia y Nueva Zelanda) ECHELON puede capturar comunicaciones por radio y satélite, llamadas de teléfono, faxes y e-mails en casi todo el mundo e incluye análisis automático y clasificación de las interceptaciones. Se estima que ECHELON intercepta más de tres mil millones de comunicaciones cada día. A pesar de haber sido con el fin de controlar las comunicaciones militares de la Unión Soviética y sus aliados, se sospecha que en la actualidad ECHELON es utilizado también para encontrar pistas sobre tramas terroristas, planes del narcotráfico e inteligencia política y diplomática. Sus críticos afirman que el sistema es utilizado también para el espionaje económico de cualquier nación y la invasión de privacidad en gran escala. Las señales capturadas son luego procesadas por una serie de superordenadores, conocidas como diccionarios, las cuales han sido programadas para buscar patrones específicos en cada comunicación, ya sean direcciones, palabras, frases o incluso voces específicas. Según algunas fuentes el sistema dispone de 120 estaciones fijas y satélites geoestacionarias. Estos podrían filtrar más del 90% del tráfico de Internet. Las antenas de Echelon pueden captar ondas electromagnéticas y trasmitirlas a un lugar central para su procesamiento. Se recogen los mensajes aleatoriamente y se procesan mediante los diversos filtros buscando palabras clave. Este procedimiento se denomina "Control estratégico de las telecomunicaciones". Usted se estará preguntando por que le hablo de espionaje, Dios equipó estas mentes para desarrollar estos programas tan sofisticados. Ahora piense en como Dios lo equipó a usted con SU luz. Nadie enciende en la noche, en su casa, una lámpara, cuando hay necesidad de su luz, para ocultarla bajo una caja o bajo la cama. Si se la enciende, es para que luzca. Pues si El enciende ahora SU luz, no es para que quede oculto, sino para que, en su momento oportuno, se conozca: Y brille SU luz. La doctrina salvadora del Reino no es enseñada para que quede oculta, sino para que dé a todos luz de vida. La doctrina del Reino, “crecerá,” se divulgará, se extenderá; no quedará “oculta.” Esa fue la misión de los apóstoles, esa es nuestra misión. Si en ellos se encendió esta luz del Reino, no fue para esconderla, sino para que fuera divulgada, enseñada y predicada. Es la misma enseñanza que Cristo les dirige en el “sermón del Monte,” cuando les dice que ellos son “la luz del mundo” La luz de los discípulos es la misma que la de su Maestro Jesús. Sin la luz de Cristo, el mundo queda en tinieblas. Y cuando se camina en la oscuridad, se tropieza y se cae. El evangelio es una lámpara, que cumple con la función de mostrar con la luz, lo que no se ve por estar en las tinieblas, a la luz nada puede permanecer escondido. Para el cristiano, sin embargo, no acaba todo en ver la luz del evangelio o en que éste sea manifestado a todos. Quienes han recibido el mensaje-luz del evangelio, tienen que hacerlo producir, o lo que es igual, hacerlo vida. Pero al mismo tiempo tiene que convertirse, a su vez, en luz que ilumine, pues una luz que no ilumina, no sirve para nada.

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